Perú es el país sudamericano con el mayor número de niños trabajadores. En concreto, 1.700.000 niños trabajan en las calles más pobladas del país dedicándose a la venta ambulante o a trabajos en el campo, abandonando así los estudios. Estos datos están extraídos del Banco Mundial, que revela que el 20,7% de los niños en Perú son trabajadores, seguidos por Bolivia con el 20.2% de sus niños.

Ésta es una realidad que el Estado no ha conseguido parar, ni ha logrado poner en marcha programas de protección de la infancia para luchar contra esta situación. Así, en el año 2015, tan solo 1.800 niños han sido devueltos a sus casas o a albergues tutelados y sacados de la calle donde ejercían como limpiadores de zapatos, vendedores de comida y refrescos, o ayudantes de peones, fabricantes de ladrillos o mineros en el campo.

Desde el año 2012, el Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables, está trabajando para sacar a los niños de la calle. Este ente se encarga de diseñar, promover, ejecutar y supervisar políticas públicas a favor de mujeres, niñas, niños, adolescentes, personas adultas mayores, con discapacidad, desplazadas y migrantes internos.

Gracias a su programa social «Yachay» han atendido a 26 mil de estos niños, buscando  un fortalecimiento de los vínculos con sus familias. Del mismo modo, han trabajado para capacitarlos en oficios con los que poder desempeñar una profesión y obtener unos ingresos el día de mañana, mientras siguen estudiando en las escuelas.

A pesar de todo ello, queda mucho por hacer para acabar con las mafias que explotan a estos menores, contra la trata de personas y contra la situación de extrema pobreza que azota a la población. Y es que, la desnutrición crónica y la anemia se han convertido en los principales problemas que afectan a los menores de 5 años de Perú.

Lamentablemente, acabar con esta realidad no figura en las agendas políticas de los candidatos a la presidencia de Perú hasta el años 2021, en un país donde el estado tiene por obligación subsanar el abandono moral y material de los niños, a la vez que está obligado a proporcionarles protección.

Desde la Fundación Gota de Leche queremos pedirte tu ayuda para que colabores con nuestros programas para la recuperación nutricional o para la continuidad del Albergue Kusi Wara y la Granja Gota de Leche, y así contribuir a mejorar la situación de la infancia.