Día Universal del Niño

Cada 20 de noviembre se conmemora el Día Universal del Niño y se celebran dos aniversarios: la adopción de la Declaración Universal de los Derechos del Niño (1959) y la aprobación de la Convención de los Derechos del Niño (1989).

La Convención sobre los Derechos del Niño es el tratado de derechos humanos más amplia y rápidamente ratificado de toda la historia. Solamente tres países (Estados Unidos, Somalia y Sudán del Sur), no han ratificado este acuerdo.

La Convención reconoce los derechos humanos de los menores de 18 años. Los Estados Partes deben garantizar el que estos se beneficien de medidas especiales de protección y asistencia, con acceso a servicios de educación y atención en salud, gocen de un ambiente favorecedor que permita un adecuado crecimiento y desarrollo, así como se faciliten el resto de los derechos recogidos en la Convención.

El principio rector de mayor trascendencia en la Convención es reconocido como el denominado “interés superior del menor”. De manera práctica, han de concretarse todos los esfuerzos para que en un niño o niña primen las mejores condiciones particulares para la aplicación de todos y cada uno de los derechos.

En muchos países del mundo se siguen conculcando los derechos del menor.

Una de las más lacerantes expresiones de este hecho es la pobreza infantil, situación que, de forma absoluta o relativa, viene afectando a millones de niños, niñas y adolescentes, poniendo en riesgo su supervivencia, desarrollo, limitando sus capacidades y favoreciendo una existencia marcada por innumerables carencias.

Los países y sus gobiernos, así como las entidades de ámbito supranacional han de seguir haciendo esfuerzos para resolver los numerosos problemas estructurales y coyunturales que afectan a un número importante de menores.

Debemos anhelar que en los albores de la tercera década del Siglo XXI vayamos mejorando la aplicación práctica de lo contenido en la Convención de los Derechos del Niño.