Foro Profesional por la Infancia de Andalucía
La escuela ha de abrirse a las familias y atender los proyectos vitales de los menores más vulnerables
El Foro Profesional por la Infancia de Andalucía celebró un encuentro sobre el ámbito educativo en tiempos de pandemia.
La necesidad de equilibrar la atención a los objetivos curriculares y académicos con la situación social de los alumnos, tan interdependientes en el proceso de aprendizaje y en la realización de los proyectos de vida, es una de las conclusiones del encuentro titulado “Recuperación de proyectos vitales en el ámbito educativo. Escuela, Pandemia y alumnos vulnerables”, organizado el pasado día 10 por el Foro Profesional por la Infancia de Andalucía, con la colaboración del Parlamento autonómico.
Treinta y cinco especialistas en la educación y la infancia debatieron en dos mesas redondas la grave problemática escolar que afecta a los niños y adolescentes más vulnerables, y la recuperación de sus proyectos vitales.
La primera mesa
La primera, titulada “Análisis de la situación general en la escuela, con especial enfoque en las personas menores de edad más vulnerables”, destacó que la escuela ha de abrirse a la participación de las familias y a incorporar una mayor organización para compartir los recursos sociales que le presta su entorno próximo.
Los distintos ponentes incidieron en que las demandas que se realizan al entorno escolar podrán afrontarse con mayor garantía si se incrementan y coordinan los recursos sociales próximos en cada territorio: los educadores sociales, los psicólogos y los trabajadores sociales.
Necesitamos una escuela más abierta a la familia y a compartir los recursos sociales del entorno, concluyeron.
La segunda mesa
La segunda mesa, denominada “Recuperación de proyectos vitales en niños, niñas y adolescentes en situación de vulnerabilidad y adversidad”, abordó un análisis de la situación de los menores en relación a sus proyectos vitales de aprendizaje antes de la aparición de la pandemia y después de ella.
En esta reflexión colectiva quedó reflejado que la escuela ya arrojaba índices de fracaso escolar, absentismo, abandono académico temprano y dificultades en la realización de proyectos vitales de los menores más vulnerables y que en general corresponden a los contextos más deprimidos.
Esta situación se ha visto empeorada por la pandemia con la incorporación de situaciones adversas que han agravado la posibilidad de cubrir las necesidades y los derechos de la infancia/adolescencia.
Además de los efectos negativos de la pandemia, los participantes analizaron otras dificultades, tales como las derivadas de la situación económica de muchas familias, el acceso a los servicios de salud y de atención social, el estado psicológico de entornos familiares, la incertidumbre del propio sistema educativo por razones sanitarias, la limitación de relaciones sociales, y la brecha digital provocada por la carencia de medios tecnológicos en muchas familias obligan a que los niños, niñas y adolescentes carguen, además de con sus mochilas escolares, con este paquete de dificultades añadidas de tipo social, psicológico y educativo que hacen que sus proyectos vitales queden relegados, interrumpidos y, en el peor de los casos, rotos.
Los ponentes expresaron su convicción de que es necesaria una adecuada prevención y detección de estas situaciones, y la coordinación y colaboración entre la escuela y los sistemas de protección públicos: educación, salud y servicios sociales.
El encuentro finalizó con el acuerdo unánime de que el aprendizaje de los menores es un proceso en el que está implicada toda la sociedad, y que en estos momentos difíciles hay que ‘salir al encuentro’ de todos aquellos que puedan estar dañados por sus condiciones sociales, educativas o psicológicas.
Se trataría de conectar suficientemente a estos ciudadanos del futuro para que su aprendizaje sea el mejor posible en relación a sus capacidades y habilidades, más allá de sus necesidades académicas.