Desde que comenzara la guerra en Siria, hace ya seis años, han perdido la vida unos 16.000 niños, según datos del Observatorio Sirio para los Derechos Humanos. Ésta es sin duda la mayor crisis humanitarias desde la Segunda Guerra Mundial, con cifras que superan los cinco millones de personas que se encuentran sin acceso a las necesidades básicas, en zonas de difícil acceso para las organizaciones humanitarias. Muchas de estas personas son menores, que se exponen a poder morir en cualquier momento.
La organización Save the Children denuncia esta situación y habla de las “heridas invisibles” que está causando la guerra en los niños de Siria, que conviven en su día a día con bombardeos, falta de comida, agua, medicamentos, atención sanitaria y la muerte de sus familiares y seres cercanos. Todo ello está afectando a su salud mental, causando daños psicológicos que podrían ser irreversibles si no se tratan de inmediato.
Y es que, se estima que unos 3 millones de niños sirios solo conocen la guerra, y millones crecen junto al conflicto. Se trata de las próximas generaciones, las que tendrán que tomar las decisiones de reconstruir un país en ruinas.
Por ello, la organización pide a la Unión Europea su compromiso con la infancia siria y la defensa de sus intereses y derechos en todas las reuniones y negociaciones sobre el conflicto de Siria. En este sentido, le insta a que se comprometa a:
- Liderar una respuesta centrada en la protección de la infancia siria tanto dentro como fuera de su país.
- Abrir sus fronteras y acoger a todos los niños refugiados.
- Exigir que las escuelas dejen de ser objetivos militares en Siria.
- Garantizar que la ayuda humanitaria llegue a los niños y niñas que viven en ciudades sitiadas dentro de Siria.