El papel de las madres para combatir la malnutrición se hace imprescindible y muy necesario en las zonas más azotadas por la pobreza. Y es que, las madres tienen la capacidad de influir y hacer variar los datos de desnutrición infantil si se les proporciona las herramientas necesarias para ello y la información que necesitan para saber cómo hacerlo.
Desde el momento en el que una mujer se queda embarazada, debe cuidar su alimentación, ya que su grado de desnutrición influirá y determinará al bebé que traerá a este mundo. Lo más normal es que el niño nazca con bajo peso y tenga futuros problemas de crecimiento en su desarrollo. Así, se hace imprescindible darle información a esas mujeres embarazadas de cuáles son los alimentos con mayor valor nutritivo para evitar su desnutrición y la del fututo bebé, aumentando así las posibilidades de supervivencia del niño.
Esta información debe de ser constante y llevarla a la práctica también mientras amamanta al niño, para que le proporcione todos los nutrientes que necesita y protegerle de posibles enfermedades mortales. De hecho, se ha demostrado en diversos estudios cómo está relacionada la falta o poca información de las madres en materia alimenticia con dar a luz a bebés desnutridos.
Esta información debe ser extensible a toda la población para que entiendan la importancia de que las madres se alimenten correctamente, ya que hablamos de sociedades con muchas desigualdades entre hombres y mujeres que impiden el reparto justo de alimentos. Así, una casa en la que las madres tengan un mayor control y acceso al dinero que llega gastará más en alimentos y prestará especial atención a la salud y al bienestar de su familia.
Desde Fundación Gota de Leche llevamos a cabo proyectos para la formación de las mujeres embarazadas y de las madres que no tienen recursos para mantenerse por sí solas.
Por ello, tu ayuda es muy importante para seguir formando y cuidando de estas jóvenes madres. Colabora, tu aportación es fundamental.